300 heridos, sin justicia hasta hoy.El 18 de julio de 1994, una
camioneta cargada con explosivos detonó frente a la sede de la AMIA en
Buenos Aires, resultando en 85 muertos y más de 300 heridos. Este
ataque, el más devastador en la historia argentina, sigue sin resolverse
judicialmente, dejando a los responsables impunes. La comunidad judía,
la justicia y los gobiernos consideran el atentado como un ataque contra
toda la sociedad argentina.
A lo largo de tres décadas, las investigaciones no han logrado
identificar y juzgar a los autores del ataque. Los esfuerzos han
incluido iniciativas como el Memorándum de Entendimiento con Irán
durante el gobierno de Cristina Kirchner, que resultó inconstitucional y
controvertido. Actualmente, el presidente Javier Milei impulsa el juicio
en ausencia para avanzar en el proceso judicial.
El atentado no fue el primero contra la comunidad judía en Argentina.
Dos años antes, en 1992, un ataque a la Embajada de Israel dejó 27
muertos y más de 100 heridos. Estos actos de violencia resaltan la
vulnerabilidad de la comunidad judía en el país.
Cada 18 de julio, la comunidad y la sociedad argentina recuerdan a las
víctimas con ceremonias conmemorativas y un llamado a la justicia. La
sirena suena en la sede reconstruida de la AMIA para mantener viva la
memoria y exigir respuestas.
El atentado a la AMIA ha generado innumerables reflexiones,
investigaciones y manifestaciones artísticas, subrayando la necesidad de
justicia y la lucha contra el antisemitismo. La comunidad sigue
reclamando verdad y justicia, 30 años después del trágico evento.