La policía federal brasileña allanó la residencia y las oficinas de Alexandre Ramagem, ex jefe de espionaje del país durante la gestión de Bolsonaro. Se investiga el presunto seguimiento ilegal de miles de personas, incluidos jueces de la Corte Suprema y un aliado de Lula da Silva. Ramagem es sospechoso de liderar una «organización criminal» que habría utilizado un software israelí para espiar a los opositores políticos.
Según los informes, se incautaron seis teléfonos móviles, cuatro computadoras portátiles y 20 dispositivos de almacenamiento de datos en el domicilio de Ramagem. Este, congresista del Partido Liberal de Bolsonaro, no ha hecho declaraciones al respecto. La investigación apunta a una unidad secreta dentro de la agencia de inteligencia brasileña, llamada Centro Nacional de Inteligencia, acusada de recopilar información sobre supuestas «amenazas a la seguridad y la estabilidad del Estado».
Se estima que este grupo habría espiado a unas 30.000 personas sin autorización judicial, entre ellas, funcionarios públicos, periodistas, jueces, abogados, políticos y agentes de policía. Entre los objetivos destacan dos jueces de la Corte Suprema y un exgobernador estatal del Partido de los Trabajadores, ahora ministro de Educación. La operación ha desatado tensiones políticas en Brasil y ha generado preocupación por el respeto a la privacidad y los derechos civiles.