Thierry Breton, comisario europeo del Mercado Interior, ha confirmado este plan, describiéndolo como una estrategia para «poner en común» la capacidad defensiva de la UE. La idea es comprar armamento de manera conjunta para viabilizar la producción y construir una nueva reserva. Además, se propone impulsar la industria militar europea con una inversión inicial de al menos 1.500 millones de euros.
Esta medida cobra relevancia en un contexto marcado por la tensión en Europa, especialmente debido a la guerra en Ucrania. Según el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Seguridad, Josep Borrell, la agresión de Rusia ha devuelto una guerra de alta intensidad al continente, lo que hace imperativo aumentar el gasto en defensa y hacerlo de manera conjunta y más eficiente.
En la actualidad, la UE cuenta con 1.5 millones de soldados, siendo Francia el país que más invierte en su ejército, seguido por Alemania e Italia. La propuesta de crear una reserva militar conjunta surge como respuesta a la necesidad de reforzar la seguridad y la defensa del bloque en un contexto de creciente incertidumbre geopolítica.
Ante esta situación, la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha propuesto un sistema de compras militares conjuntas, similar al utilizado durante la pandemia para la adquisición de vacunas. Esta medida busca garantizar una respuesta coordinada y efectiva ante eventuales amenazas a la seguridad y estabilidad del continente europeo.