Espert argumentó que Kicillof ha implementado un impuestazo que asfixia a los bonaerenses sin ofrecerles nada a cambio, y comparó al gobernador con «un vampiro dentro de un banco de sangre». Además, Espert defendió la postura de no pagar estos impuestos como una forma de resistencia legítima y con sentido común frente a lo que él describe como un «robo impositivo»
En respuesta a estas acusaciones, el titular de la Agencia de Recaudación Bonaerense (ARBA), Cristian Girard, aseguró que no se ha emitido ningún impuesto por encima de lo establecido por la ley y acusó a Espert de intentar confundir a la población. Girard subrayó que la provincia enfrenta un déficit fiscal significativo y necesita de los recursos tributarios para cubrir sus necesidades básicas y reducir las desigualdades sociales
El gobernador Kicillof también respondió a las críticas de Espert, afirmando que su gobierno nunca insinuó la intención de cerrar las universidades nacionales y que ya se habían realizado los giros necesarios para su funcionamiento. Kicillof acusó a Espert y a otros opositores de utilizar causas nobles para promover sus propios intereses políticos, defendiendo la gestión de recursos de su administración como necesaria para el desarrollo de la provincia
En conclusión, el intercambio de acusaciones entre Espert y Kicillof refleja la profunda división política en torno a la gestión fiscal y los impuestos en la provincia de Buenos Aires, con implicaciones significativas para el futuro de la administración pública y los servicios sociales en la región