Sin embargo, el desembarco de las fuerzas federales se da en medio de tensiones y desconfianza hacia la Policía de Santa Fe. Existen quejas de los gendarmes sobre supuestos nexos entre la policía provincial y las bandas narcotraficantes, lo que dificulta la colaboración entre ambas fuerzas.
En reuniones entre autoridades nacionales y provinciales, se han abordado estas preocupaciones y se ha instado al gobernador Pullaro a actuar sobre los altos mandos policiales sospechados. Se busca restaurar la confianza en las fuerzas de seguridad y enfrentar de manera efectiva el problema del narcotráfico en la región.
El operativo «antinarco» coordinado por las autoridades apunta a desarticular las bandas criminales en Rosario. Se hace hincapié en el seguimiento de la inteligencia criminal y en la colaboración entre diferentes fuerzas para recuperar el control del territorio.
Patricia Bullrich ha adelantado medidas legislativas para combatir el narcotráfico, incluyendo la propuesta de un proyecto anti bandas narco que busca endurecer las penas para los miembros de estas organizaciones criminales. Además, se ha instado a los legisladores a votar la emergencia en materia de seguridad para proporcionar los recursos necesarios para enfrentar esta problemática.
La situación en Rosario es grave, con una escalada de violencia que ha dejado a la ciudad en estado de alerta. Los recientes asesinatos, presuntamente vinculados al narcotráfico, han generado preocupación y demandan una respuesta efectiva por parte de las autoridades. La llegada de nuevas fuerzas federales es un paso importante en esta lucha, pero se requiere un esfuerzo conjunto y coordinado para garantizar la seguridad y la tranquilidad de los ciudadanos.